La finca ha sido cafetera y sigue siendo, porque fuimos, somos y seremos café, con orgullo lo expresamos. También hay cultivos de plátano y macadamia y, como si quisiera abrazar la casa, permanece erguido un importante árbol de mamey que data de 150 años. El guadual que rodea la finca parece proteger esta tierra como cuentan las leyendas ancestrales, de la tierra brotan pequeños manantiales como chorritos de vida, para saciar la sed de los semejantes.